En los últimos años, mucho se ha hablado de los beneficios de los
alimentos orgánicos, pues a diferencia de los que se producen en un
proceso industrial masivo, no contienen conservadores y su fabricación
no está sometida o expuesta a elementos químicos o sintéticos.
La industrialización de los alimentos es algo que preocupa a muchas personas y organizaciones, por lo que el gusto por lo natural se ha disparado, obteniendo gran difusión en todo el mundo, colocando este tipo de comida no sólo en tiendas especializadas, sino también en supermercados. Esto tiene sentido, pues el ser humano reconoce que cada vez se aleja más de la naturaleza, incluyendo lo que adquiere para alimentar su cuerpo.
Sin embargo, algunos expertos como el Dr. José Miguel Mulet, profesor
de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) e
investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas
del Centro Mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en
España, asegura que los atributos benéficos que se creen de los
alimentos orgánicos son en realidad un mito. Incluso afirmó en
entrevista para De10.mx, que no existe un registro científico de que los
alimentos conocidos como transgénicos afecten la salud del ser humano.
La producción de algunos vegetales como los tomates y lechugas, así
como cereales, maíz y trigo, en sus versiones orgánicas, son mucho más
caros, y lo mismo se puede decir de la ganadería orgánica, la cual
resulta ser más complicada, elevando sus costos, lo que dificulta la
distribución de estos alimentos a todo el mundo, sin mencionar que sus
precios son accesibles sólo para unos cuantos.
Lo curioso, es que independientemente de las consecuencias económicas que trae producir alimentos orgánicos, Mulet asegura que éstos no son tan sanos como se dice, ya que por evitar los insecticidas sintéticos, utilizan insecticidas naturales.
"Hay plaguicidas y abonos que se
utilizan por ser naturales, pero son más dañinos que los sintéticos. No
todo lo natural es bueno, el veneno de serpiente te mata", comentó el
especialista.
Para apoyar su teoría, el Dr. Mulet comentó que existen casos en que la gente ha muerto a causa de la ingesta de alimentos orgánicos, como la verdura ecológica en Alemania, que cobró la vida de 46 personas, la cual a pesar de su difusión, no logró impactar a la población de tal forma que dejara de pensar que la comida orgánica es más sana.
También comentó que el principal beneficio en los alimentos
transgénicos, los ve el agricultor, pues le permite producir la cantidad
suficiente para poder distribuir su producto de una manera más
sencilla, y que además, lo hace siguiendo normas de producción muy
estrictas, que vigilan cuidadosamente que no causen algún daño a la
salud. Incluso mencionó algunos productos que gracias a los avances
tecnológicos, ayudan al ser humano más allá de simplemente alimentarlo,
como el trigo, apto para celiacos, las plantas capaces de vacunar y la
carne de cerdo baja en colesterol.
Sobre la difusión en contra de la comida transgénica, comento: "Hay un miedo lógico por la población a cualquier nueva tecnología y ha sido utilizado por las organizaciones como Greenpeace y Amigos de la Tierra. El discurso es recogido también por partidos políticos, pero la utilización de semillas trans está creciendo año a año."
Otro argumento de la población por consumir productos orgánicos, es
que su consumo beneficia principalmente a pequeños productores, quienes
no utilizan las tecnologías industriales que pueden modificar las
propiedades naturales de los alimentos, y apuestan a procedimientos
tradicionales para producirlos, sin embargo, pocos saben que uno de los
productores más importantes de comida orgánica y a nivel industrial, es
el Príncipe Carlos.
Actualmente es difícil identificar qué
alimentos orgánicos pueden ser dañinos para la salud, porque no existe
una normatividad en México que las regule formalmente, si bien los
requisitos son que sean procesos totalmente naturales con ingredientes
orgánicos, no se toman en cuenta las consecuencias químicas que pueden
provocar algunas sustancias naturales en el cuerpo humano.
Aunque en algunas partes del mundo, la producción, comercialización y
consumo de alimentos orgánicos está creciendo rápidamente, el fenómeno
es nuevo, por lo que hay que tener precaución al adquirir este tipo de
productos y no confiar totalmente en la idea de que todo lo natural es
bueno, pues en realidad, el consumidor final no puede saber con
seguridad el origen de lo que está llevando a su mesa.
Fuente: http://bit.ly/zha1Q0
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