El modelo fue creado por Elisabeth Kübler-Ross en su libro, On Death and Dying, en 1969 y para hacer mención de estelibro tomaremos como ejemplo de este Modelo de Kübler-Ross a las películas como ya en otras ocasiones lo hicimos, tras la muerte de algún personaje el cual era querido por una o varias personas en especial cuando se les pregunta “¿Cómo estas?” O “¿Cómo te sientes?” lo primero que nosotros escuchamos es un “Estoy bien” pero hasta nosotros sabemos que no es así, bueno esto es parte del modelo en particular el primer paso del proceso de duelo o aceptación de la partida de esa persona especial, este proceso es mas usual con muertes ya esperadas, aquellas que son diagnosticadas como muy posibles o que es lo ultimo que se puede esperar, como enfermedades terminales.
La fase terminal se da cuando el médico juzga que las condiciones del paciente han empeorado al punto de que el tratamiento no es ya efectivo en ningún sentido y es cuando el tratamiento se hace básicamente paliativo (proceso para atenuar el dolor o suavizar su proceso) y se concentra en la reducción del dolor.
El morir de una enfermedad terminal supone sufrimiento, deterioro progresivo, dolor y cambios profundos en el bienestar general de la persona (desde estados de animo hasta el deterioro de las funciones básicas de la persona haciéndola dependiente de maquinas o el cuidado de otros) y aun que puede ser un proceso de algunos días otros pueden llegar a durar años. La edad la persona es un factor que determina en numerosas ocaciones la adaptación a la aceptación del proceso de muerte del familiar ya que cuando muere una persona de 80 años, la noción de ‘muerte’ pareciera ser más ‘apropiada’ que cuando muere una de 20. En este último caso la muerte suele ser calificada como ‘inoportuna’ o prematura. En cualquier situación, adaptarse supone dosis elevadas de ansiedad y de estrés, que, normalmente, pueden ser enfrentadas apelando a distintos factores psicosociales capaces de modificar su impacto sobre el individuo y entre los cuales se mencionan el apoyo social y el sentido de control personal (Ratlif-Crain y Baum 1990).
Kübler-Ross afirmó que estas etapas no necesariamente suceden en orden, ni todas las son experimentadas por todos los pacientes, aunque afirmó que una persona al menos sufrirá 2 de estas etapas o pasan sobre el proceso en un estilo llamado "montaña rusa" - cambiando entre dos o más etapas, y volviendo a hacerlo una o varias veces antes de finalizar.
Un dato importante es que aquellos que pasan sobre el proceso no deben forzar el proceso. El proceso de duelo es altamente personal y no debe ser acelerado, ni alargado, por motivos de opinión de un individuo. Uno debe ser meramente consciente de que las etapas van a ser dejadas atrás y que el estado final de aceptación va a llegar.
LAS 5 ETAPAS DEL PROCESO DEL DUELO DE Kübler-Ross
Negación. Frente al diagnóstico y pronostico de muerte por la enfermedad, la persona se rehusa a creer que el asunto tenga algo que ver con ella. El paciente terminal suele asumir que en alguna parte se cometió un error, que los reportes médicos están equivocados o que las pruebas clínicas se refieren a otra persona. La fase de negación suele movilizar a los pacientes a buscar una segunda opinión, pero muy pronto esta fase se desvanece para dar paso a otra de indignación, hostilidad y rabia. "Me siento bien."; "Esto no me puede estar pasando, no a mi."
Rabia. De pronto el paciente terminal se da cuenta de que su situación es realmente seria y entonces se convierte en una persona iracunda, unas veces plena de resentimiento hacia quienes lucen saludables y otras veces estallando en toda clase de recriminaciones y denuestos, echando la culpa de su situación a sí mismo, a la familia, la enfermera, el médico y a casi todo el mundo, Dios incluido. "¿Por qué a mi? ¡No es justo!"; "¿Cómo me puede estar pasando esto a mi?"
Negociación. En esta fase el enferio intenta alterar de algún modo su condición por la vía de un acuerdo que, generalmente, se establece con Dios. El paciente se abre a un rimero de promesas de cambiar, de mejorar, de hacer las cosas en lo sucesivo de modo diferente, que parecen ser la alternativa viable hacia su intenso deseo de mejorar. "Déjame vivir para ver a mis hijos graduarse."; "Haré cualquier cosa por un par de años más."
Depresión. Ocurre cuando los acuerdos no alteran el panorama y las promesas no funcionan. Simultáneamente, el tiempo se acaba. El paciente suele remitirse entonces a una revisión de las cosas inconclusas del pasado y las que no van a realizarse an el futuro. La traducción de todo esto es la desesperanza y con ella surge la fase depresiva. "Estoy tan triste, ¿Por qué hacer algo?"; "Voy a morir, ¿Qué sentido tiene?"; "Extraño a mis seres queridos, ¿Por qué seguir?"
Aceptación. Cuando el paciente permanece enfermo durante largo tiempo, seguramente logrará alcanzar esta última fase. La depresión deja de ser un problema y el enfrentamiento de la muerte podrá sobrevenir en calma y tranquilidad. El tipo de apoyo familiar ofrecido debe estar orientado hacia la cancelación final de sentimientos negativos y temores. "Todo va a estar bien."; "No puedo luchar, debería prepararme para esto."
Kübler-Ross originalmente aplicó estas etapas a las personas que sufren enfermedades terminales, y luego a cualquier pérdida catastrófica (empleo, ingresos, libertad).1 Esto puede incluir eventos significativos en la vida tales como la muerte de un ser querido, divorcio, drogodependencia, un diagnóstico de infertilidad, etc.
Las personas que estén atravesando estas etapas no deben forzar el proceso. El proceso de duelo es altamente personal y no debe ser acelerado, ni alargado, por motivos de opinión de un individuo. Uno debe ser meramente consciente de que las etapas van a ser dejadas atrás y que el estado final de aceptación va a llegar.
Fuente: http://bit.ly/LbsOB8
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