—Niño, no llore, tiene que aprender a perder.
A lo cual el pequeño enjuagándose las lágrimas con su brazo, explicó:
—Perder sí sé, lo que no sé es como ganar.
A lo que papá más sereno aconsejó:
—¿Quién de tus amiguitos es el mejor?
—Luis, casi nunca pierde, es el mejor de todos.
—Pues acércate a él, obsérvalo y si puedes pídele que te enseñe a ganar.
Así debemos girar nuestra mente, buscar a los mejores y aprender de ellos, en América Latina tenemos siglos perdiendo, llegó el momento de aprender a ganar, para ello se hacen indispensables varios elementos:
a) Eliminar convicciones discapacitadoras, pues estamos convencidos que los demás sí pueden y nosotros no.
b) Adquirir convicciones habilitadoras, tener fe en nosotros mismos, creer que sí podemos, para poder crear es indispensable creer.
c) Humildad para aprender, hacer a un lado la soberbia y convencernos de que tenemos mucho que aprender y para ello se hace indispensable admirar el éxito ajeno el cual tradicionalmente lo dimensionamos con una de las actitudes más negativas y nefastas que es la envidia, rencor que nos llena de amargura ante el éxito ajeno.
Algunos dicen: “Tengo envidia de la buena”, ¿acaso usted conoce rabia de la buena, cáncer del bueno, diarrea de la buena?, así algunas personas manifiestan su incapacidad de admirar a seres que han logrado metas superiores a ellos.
Para alcanzar parámetros de empresa de clase mundial se hace indispensable:
1. Creer en nosotros mismos.
2. Desaprender los errores convertidos en hábito.
3. Humildad para aprender.
4. Admirar y aprender de los mejores.
5. Cambiar de actitud, factor indispensable para alcanzar lo que deseamos, es el detonador del gran cambio.
Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Cómo desarrollar líderes y culturas corporativas de clase mundial
Tomo X, pág. 4397
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